Joven o adulto, hombre o mujer, todo el mundo sufre de acné.
Cuando las bacterias y las células de la piel muertas acumulan exceso de sebo en los poros, una parte de tu piel aparece roja e inflamada, lo que provoca un grano nada halagador.
Cubrirlo nunca soluciona el problema, y si lo explotamos propagamos su aparición y posibles cicatrices como consecuencia.