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El bakuchiol ha ganado protagonismo en el mundo de la cosmética como una alternativa natural y suave al retinol. Extraído de la planta Psoralea corylifolia, cuida la piel de forma eficaz y sin irritarla. Ideal para quienes buscan una rutina equilibrada, mejora la textura, aporta luminosidad y atenúa los signos del envejecimiento, adaptándose a todo tipo de pieles.
El bakuchiol es un compuesto de origen vegetal extraído de las semillas y hojas de la planta Psoralea corylifolia, originaria de la India y China. Es conocido como una alternativa suave al retinol, especialmente porque ofrece beneficios similares sin provocar irritaciones.
A diferencia del retinol, que deriva de la vitamina A, el bakuchiol es completamente natural y bien tolerado por la mayoría de los tipos de piel, incluidas las más sensibles.
Gracias a su acción antioxidante y calmante, este ingrediente se ha convertido en protagonista de fórmulas faciales enfocadas en mejorar la textura, unificar el tono y estimular la producción de colágeno. Por todo ello, el bakuchiol se ha convertido en un activo clave en la cosmética actual.
Si buscas un tratamiento eficaz que actúe sobre las imperfecciones, la falta de luminosidad y los primeros signos de envejecimiento, el bakuchiol puede ser tu mejor aliado. Estos son algunos de sus principales beneficios:
● Estimula la producción de colágeno: mejora la firmeza y elasticidad de la piel.
● Atenúa líneas de expresión y arrugas: con un uso continuo, la piel se ve más lisa y uniforme.
● Unifica el tono: actúa sobre manchas e hiperpigmentaciones.
● Acción antioxidante: protege frente a los daños causados por los radicales libres.
● Ayuda a equilibrar la producción de sebo: especialmente útil en pieles mixtas o grasas.
La comparación bakuchiol vs retinol es cada vez más habitual entre quienes incorporan activos en su rutina facial. Aunque ambos comparten efectos similares, como la mejora de la firmeza o la reducción de arrugas, presentan diferencias clave:
● Tolerancia: el retinol puede provocar descamación, enrojecimiento o sensibilidad, sobre todo al inicio. El bakuchiol es más suave y apto incluso para pieles reactivas.
● Fotoprotección: a diferencia del retinol, el bakuchiol no incrementa la sensibilidad solar, por lo que puede utilizarse tanto de día como de noche.
● Origen: el bakuchiol es de origen vegetal, lo que lo convierte en una excelente opción para fórmulas veganas, naturales o clean beauty.
Una de sus grandes ventajas es su versatilidad. Puedes usar bakuchiol tanto por la mañana como por la noche, y combinarlo con otros activos habituales. Así puedes integrarlo de forma sencilla:
● Limpieza: comienza con un gel o leche limpiadora suave.
● Tónico (opcional): ayuda a preparar la piel y equilibrar el pH.
● Sérum con bakuchiol: aplica 2 o 3 gotas sobre la piel limpia. Esta es la forma más eficaz de potenciar sus beneficios.
● Crema hidratante: elige la textura que mejor se adapte a tu piel.
● Protector solar: esencial para una piel protegida y luminosa.
Puedes combinarlo con ingredientes como la vitamina C, el ácido hialurónico o la niacinamida. Incorpóralo poco a poco y disfruta de sus beneficios desde el primer mes de uso.
El bakuchiol es bien tolerado por todo tipo de pieles, incluso las más delicadas. Mientras que el retinol puede resultar agresivo para algunas personas, este ingrediente se adapta con suavidad a distintas necesidades:
● Piel sensible: ayuda a evitar enrojecimientos o molestias.
● Piel seca: aporta hidratación sin provocar descamación.
● Piel grasa o con tendencia acneica: regula el sebo y mejora el aspecto de las imperfecciones.
● Piel madura: actúa sobre la firmeza y las líneas de expresión.
● Piel joven: perfecto para prevenir y cuidar desde las primeras etapas sin agresividad.
Sea cual sea tu edad o tipo de piel, el bakuchiol puede ser un gran aliado para cuidar la textura, la firmeza y la uniformidad del rostro.
Cada vez más marcas apuestan por el bakuchiol en sus fórmulas, desde las más sencillas hasta las más sofisticadas. Algunos de los formatos más comunes son:
● Sérums: ofrecen una alta concentración del activo, perfectos para resultados visibles.
● Cremas faciales: combinan el bakuchiol con agentes hidratantes o nutritivos.
● Aceites faciales: ideales para rituales de noche, especialmente si tienes la piel seca.
● Mascarillas de tratamiento: aportan un efecto intensivo y revitalizante.
● Contorno de ojos: suaviza líneas y aporta luminosidad sin irritar.
A la hora de elegir, busca fórmulas que mencionen claramente “bakuchiol” en la lista de ingredientes y asegúrate de que están pensadas para tu tipo de piel. Así aprovecharás al máximo todo lo que este activo puede ofrecer.