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Paso a paso para una doble limpieza facial perfecta


Hoy en día, la rutina skincare coreana está ganando mucha popularidad debido a sus múltiples beneficios. Uno de los métodos más conocidos es la doble limpieza facial, originaria de Corea, un país que se preocupa mucho por el cuidado de la piel y el cabello. La doble limpieza facial coreana, que consiste en dos sencillos pasos, es perfecta para eliminar el maquillaje, las impurezas, el exceso de grasa y la protección solar. Este último paso es fundamental, ya que, debido al alto poder de adherencia que tiene el protector solar sobre la piel, es necesaria la doble limpieza para eliminarlo en su totalidad.


¿Qué es la rutina de la doble limpieza facial?


Como su nombre indica, la doble limpieza facial se hace en dos pasos, utilizando dos tipos de limpiadores: uno con base oleosa, como los aceites o bálsamos limpiadores, y otro con base acuosa, como el agua micelar, las leches limpiadoras o los geles y espumas limpiadoras.


Este tipo de limpieza es adecuada para todos los tipos de piel. Solo tienes que elegir los productos adecuados para tu tipo de piel y notarás los beneficios. Las pieles mixtas o grasas lo notan aún más, ya que esta rutina ayuda a equilibrar la piel y a regular la producción de sebo. Pero también es muy útil para pieles secas, ya que ayuda a mantener la hidratación.


¿Cuáles son los beneficios de la doble limpieza facial?

La doble limpieza facial tiene muchos beneficios, pero el más importante es que limpia la piel en profundidad y, al mismo tiempo, la mantiene hidratada y suave. Al eliminar el maquillaje, la suciedad y el exceso de grasa, ayuda a reducir la aparición de granitos y puntos negros, dejando la piel más limpia, lisa y sana.


También mejora la textura y el brillo natural de la piel, dejándola más uniforme y luminosa con el tiempo.


Además, al dejar los poros bien limpios, los productos que uses después, como sérums o cremas hidratantes, penetrarán mejor y serán más efectivos. Con el uso constante, la piel se mantiene más joven, fresca y cuidada.


¿Cuándo hacer la doble limpieza facial?


El mejor momento para hacer una limpieza profunda es por la noche, antes de dormir. Durante el día, la piel acumula impurezas, grasa y restos de maquillaje que es importante eliminar. Al limpiarla, no solo purificas la piel, sino que también la preparas para absorber mejor los productos que apliques después. Así, al despertar, tu piel estará fresca y luminosa. Y si tienes la piel grasa, la doble limpieza también es útil por la mañana, ya que ayuda a eliminar el sebo generado durante la noche y deja la piel limpia y equilibrada.


Paso a paso para hacer la rutina de doble limpieza facial


Para que tu piel quede completamente limpia y equilibrada, es importante usar los productos adecuados en el orden correcto: primero un limpiador con base oleosa y después uno con base acuosa. Así eliminarás las impurezas a fondo sin dañar la piel, y tu rostro quedará listo para el resto de tu rutina.

Limpiador oleoso


Este primer paso es clave. Los aceites y bálsamos son muy eficaces para eliminar impurezas: disuelven el maquillaje, el protector solar y el exceso de grasa sin dañar la piel.


Lo primero que debes hacer es elegir un limpiador con base oleosa que se adapte a tus necesidades. Aplica el aceite o bálsamo en la piel seca y masajea suavemente. Luego, añade un poco de agua para emulsionar la fórmula, y sigue masajeando hasta que el maquillaje y las impurezas se disuelvan completamente.

Limpiador acuoso


El segundo paso ayuda a limpiar más en profundidad con un limpiador acuoso. Aplícalo sobre la piel húmeda, masajea suavemente y, con una toalla de microfibra, seca el rostro dando pequeños toques. Después de este paso, tu piel estará completamente limpia y lista para aplicar productos como el sérum o la crema hidratante.


Según tus necesidades, puedes elegir entre diferentes tipos de limpiadores acuosos:


●     Gel limpiador: produce espuma y es perfecto para eliminar el exceso de grasa y las impurezas de la piel.


●     Espuma limpiadora: más suave y ligera, ideal si buscas una limpieza delicada y refrescante. Además este tipo de texturas son ideales para aquellas pieles secas o deshidratadas, ya que las acondiciona, las hidrata y no dejan sensación de tirantez.


●    Agua micelar: ayuda a eliminar las impurezas de forma suave, es perfecta para pieles sensibles. Ideal para aquellas pieles grasas gracias a su poder de arrastre sobre la secreción sebácea.


●     Leche limpiadora: hidrata mientras limpia tu piel, dejándola fresca.



Después de la doble limpieza, aplica un tónico adecuado a tu tipo de piel y necesidades, y al día siguiente, no olvides aplicar protector solar.

 

Recuerda que la clave está en la constancia, así que sigue esta rutina a diario para tener la piel limpia, suave y radiante. Además, es importante elegir productos de limpieza adecuados para tu tipo de piel y usarlos correctamente para conseguir los mejores resultados.