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En el mundo del cuidado de la piel, hay ingredientes que destacan por su eficacia y versatilidad. Uno de ellos es el ácido glicólico. Si te preguntas qué es el ácido glicólico y para qué sirve, estás en el lugar adecuado. Este activo ha ganado popularidad gracias a su capacidad para renovar la piel, aportar luminosidad y mejorar la textura. En este artículo, te contamos todo lo que necesitas saber para incorporarlo con confianza a tu rutina.
El ácido glicólico es un alfa-hidroxiácido (AHA) de origen natural, derivado de la caña de azúcar. Su molécula es muy pequeña, lo que le permite penetrar en las capas más profundas de la piel y actuar con mayor eficacia. Se utiliza principalmente por su acción exfoliante, ya que ayuda a eliminar las células muertas de la superficie cutánea, promoviendo la renovación celular.
Este activo se encuentra en numerosos productos, desde tónicos hasta sérums de ácido glicólico, y es adecuado para distintos tipos de piel, aunque es importante conocer cómo aplicarlo correctamente para evitar irritaciones.
Los beneficios del ácido glicólico son múltiples, especialmente cuando se utiliza de forma constante y adecuada.
● Exfolia sin fricción: a diferencia de los exfoliantes físicos, no contiene partículas abrasivas, por lo que resulta más respetuoso con la piel sensible.
● Mejora la textura cutánea: afina los poros y suaviza la superficie de la piel, mejorando su aspecto general.
● Unifica el tono: reduce visiblemente manchas solares, hiperpigmentación postinflamatoria y marcas de acné.
● Estimula la producción de colágeno y elastina: esto contribuye a una piel más firme, elástica y luminosa con el paso del tiempo.
● Previene la obstrucción de poros: lo que resulta especialmente útil para las pieles propensas al acné y a los puntos negros.
● Prepara la piel para otros tratamientos: al eliminar la barrera de células muertas, mejora la absorción de otros activos.
Antes de usar este activo, es importante conocer su concentración y la frecuencia adecuada. No todos los productos tienen el mismo nivel de intensidad, así que empieza poco a poco, especialmente si es la primera vez que lo usas.
Puedes encontrar el ácido glicólico en diferentes formatos: tónicos, mascarillas, exfoliantes y serums. Cada uno tiene su modo de uso ideal:
● Tónico: úsalo tras la limpieza facial y antes de la crema hidratante. Aplícalo con un disco de algodón o directamente con las manos a toques, evitando el contorno de ojos.
● Sérum: se aplica después del tónico y antes de la crema hidratante. Usa solo unas gotas y extiéndelo uniformemente.
● Mascarilla: utilízala una o dos veces por semana sobre la piel limpia. Déjala actuar el tiempo indicado y aclara con agua tibia si así lo indica el fabricante.
● Exfoliante: aplícalo también una o dos veces por semana, preferiblemente por la noche, tras la limpieza facial y antes de otros tratamientos.
Al tratarse de un activo exfoliante, no es necesario usarlo todos los días. Dos o tres veces por semana es una buena frecuencia para empezar y aumentar gradualmente según la tolerancia.
La noche es el mejor momento para aplicarlo. Durante el sueño, la piel entra en un proceso de reparación natural, y este activo potencia esa regeneración. Además, ya que puede aumentar la sensibilidad al sol, es esencial usar protección solar a la mañana siguiente.
El ácido glicólico potencia sus beneficios cuando se combina con activos adecuados. Estas combinaciones pueden ayudarte a lograr una piel más equilibrada, luminosa y saludable:
● Ácido hialurónico: hidrata intensamente y alivia la sequedad tras la exfoliación. Ideal para aplicar después del ácido glicólico.
● Vitamina C: aporta luminosidad y combate manchas. Mejor usar vitamina C por la mañana y ácido glicólico por la noche para evitar inestabilidad.
● Niacinamida: mejora textura, calma y regula el sebo. Puede combinarse si están bien formulados o se aplican en diferentes momentos del día.
● Péptidos: refuerzan la firmeza y elasticidad de la piel. Junto al ácido glicólico, potencian el efecto antiedad.
● Ácido salicílico (baja concentración): exfolia en profundidad y reduce imperfecciones. Usar con precaución y sólo si la piel lo tolera bien.
Aunque el ácido glicólico es un activo versátil, hay ingredientes con los que no se recomienda combinarlo directamente. Estas son las principales combinaciones que conviene evitar:
● Retinol: ambos ingredientes son potentes y pueden resultar irritantes si se usan juntos. Esta combinación puede provocar enrojecimiento, descamación o sensibilidad excesiva. Lo más seguro es alternarlos: por ejemplo, ácido glicólico una noche y retinol la siguiente, o bajo indicación dermatológica.
● Peróxido de benzoilo: presente en muchos tratamientos contra el acné, su combinación con ácido glicólico puede provocar irritación intensa y dañar la barrera cutánea. Si estás usando este ingrediente, separa su aplicación en días distintos o consulta con un dermatólogo.
● Otros ácidos exfoliantes fuertes: evita combinar ácido glicólico con exfoliantes potentes como el ácido salicílico en concentraciones altas. Esta mezcla puede aumentar la irritación y sensibilidad. Si deseas usar distintos ácidos, es mejor alternarlos en días distintos o consultar con un dermatólogo.
● Ácido ascórbico (vitamina C) con pH bajo: ambos tienen pH bajo y pueden reducir su eficacia si se usan juntos. Mejor aplicar vitamina C por la mañana y ácido glicólico por la noche para mantener su eficacia.