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Ácido tranexámico: qué es y beneficios para tu piel

Cuidar la piel es un gesto de bienestar. Y, si buscas un aliado para atenuar manchas, calmar rojeces y aportar más luminosidad al rostro, quizá ya hayas oído hablar del ácido tranexámico. Este ingrediente está ganando cada vez más protagonismo en el mundo de la belleza, y no es por casualidad.


Discreto pero eficaz, es un ingrediente que actúa de forma suave pero constante. Ideal para quienes desean una piel con un aspecto más uniforme y saludable, sin complicaciones y apto para todo tipo de pieles.


¿Qué es el ácido tranexámico?

El ácido tranexámico es un derivado del aminoácido lisina, que comenzó utilizándose en el ámbito médico. Con el tiempo, ha demostrado ser muy útil en el cuidado facial por sus propiedades iluminadoras y calmantes. Actúa regulando la producción de melanina, lo que ayuda a reducir las manchas oscuras, unificar el tono de la piel y disminuir la aparición de rojeces, todo ello de forma suave y bien tolerada.


No es agresivo ni provoca descamación. Al contrario, es un ingrediente que se adapta fácilmente a rutinas de cuidado sencillas, eficaces y respetuosas con todo tipo de pieles.


¿Para qué sirve el ácido tranexámico?

El uso principal de este ingrediente es ayudar a que la piel recupere un aspecto más homogéneo. Si tienes zonas más oscuras, como marcas del sol o cicatrices de acné, puede ser un buen apoyo para difuminarlas con el tiempo.

Pero sus beneficios no terminan ahí. También puede ser útil para quienes sufren de rosácea leve o notan el rostro enrojecido con frecuencia, gracias a su acción calmante. Y lo mejor: aporta luminosidad al rostro, dejando la piel con un aspecto más descansado y cuidado.

¿Cómo incluir el ácido tranexámico en tu rutina?

No necesitas reinventar tus cuidados para beneficiarte del ácido tranexámico. Este ingrediente se integra fácilmente en lo que ya utilizas, especialmente si viene en forma de sérum de textura ligera.


Por la mañana, puedes aplicarlo tras la limpieza y antes de tu crema hidratante habitual. Por la noche, úsalo como primer paso tras limpiar el rostro, seguido de tus productos más nutritivos. La clave está en la constancia: si lo usas con regularidad, notarás los resultados.


Rutina de día

Empieza con una limpieza suave y sigue con el sérum con ácido tranexámico. Después, aplica una crema de día que te aporte confort y termina siempre con un protector solar, esencial para proteger el rostro y evitar que reaparezcan las manchas.


Rutina de noche

Después de desmaquillarte y limpiar bien la piel, vuelve a aplicar tu producto con ácido tranexámico. Durante la noche, la piel está más receptiva, por lo que es el momento ideal para acompañarlo de una crema de noche o aceite nutritivo que ayude a la regeneración.

¿Con qué activos puedes combinar el ácido tranexámico?

Este ingrediente es muy versátil y combina bien con muchos otros cuidados. Si quieres potenciar sus efectos, hay combinaciones que funcionan especialmente bien:

●     Niacinamida: juntos, mejoran visiblemente el aspecto de la piel. La niacinamida ayuda a equilibrar e iluminar, mientras el ácido tranexámico actúa sobre las manchas y rojeces. Muy recomendado para pieles sensibles o con tono irregular.

●     Ácido hialurónico: aporta hidratación y confort, lo que siempre es un buen refuerzo en cualquier rutina.

●     Vitamina C: una combinación ideal para aportar luminosidad y reducir manchas. Si tu piel la tolera bien, puede ser una excelente opción.


¿Con qué activos no debes combinar el ácido tranexámico?

Aunque es un ingrediente suave, conviene tener en cuenta algunas precauciones para evitar sensibilizar la piel, sobre todo si usas varios productos con ingredientes potentes.

●     Exfoliantes fuertes: ácidos como el glicólico o el salicílico en altas concentraciones pueden resultar demasiado agresivos si se aplican junto al ácido tranexámico. Lo ideal es alternar su uso en días distintos o en momentos diferentes del día.

●     Retinol en altas concentraciones: se pueden usar en la misma rutina, pero conviene hacerlo de forma alterna y observar cómo reacciona tu piel. Si notas irritación, es mejor espaciar su uso.

●     Productos con alcohol o perfumes intensos: pueden interferir con el efecto calmante del ácido tranexámico, especialmente en pieles sensibles.